Mis niños Kebab

Por la mañana, enrollados entre sábanas, son mis niños kebab, mis rollitos de primavera, mis canelones de pavo y pollo. Por la tarde no paran, ahí son mis flanes de huevo, mis gelatinas de fresa, mis mousses de chocolate en tarrinas de a cuatro. Por la noche, algo más tranquilos después de un buen baño relajante, son mis príncipes del todo, mis bálsamos del como si nada, mis mereció la pena la vida tan solo por esto, y mis no sé qué me deparará el futuro, pero estando con vosotros solo me importa el presente. Y así, un día más se pasa y da comienzo a la ilusión por saber qué sucederá el siguiente. Manteniendo siempre encendida la vela de la tarta de cumpleaños y haciendo eterno el momento de pensar el deseo justo antes de soplar. ¡Ojalá no se apague nunca la llama que une nuestros pasos! Ojalá sea siempre inmutable como los lazos invisibles que conforman los abrazos.