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Mostrando entradas de enero, 2022

El niño y su derecho al tiempo.

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  -¡Papá espérame !- me dice mi niño pequeño que se ha detenido junto al tronco de un árbol a “rescatar un caracol en apuros”. -No puedo cariño, tienes que andar tú más deprisa hasta alcanzarnos- le respondo yo que, junto con su hermano, voy caminando hacia el coche a unos metros de distancia-. -¡Pero papá, ¿por qué no me esperas ?!- pregunta mi hijo indignado. -Lo lamento mucho, Cielo, pero esta es la mísera vida que os vamos a dejar los mayores: una vida que no espera -. Vivimos tan obsesionados con el dinero que pensamos que todas las cosas importantes de la vida se pueden conseguir o mejorar con un buen fajo de billetes. Cuántas veces hemos oído eso de “ el dinero no da la felicidad pero ayuda a conseguirla ” cuántas “ el dinero no da la felicidad pero calma los nervios ” y lo cierto es que existen pocas cosas que no se pueden adquirir con él.  Pero no se engañen, lo más valioso en la vida no es el dinero sino el tiempo.  De nada sirve ser millonario si te dia...

Lugares

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  La Tierra está llena de rincones extraordinarios. Paisajes de ensueño, monumentos insólitos, naturaleza cuya vitalidad nunca deja de sorprendernos:                                      ¡Hay tanto por ver en el mundo que una vida entera no alcanza ni para empezar!   Pero también hay lugares muy concretos llenos de energía donde se destila más amor por metro cuadrado que en ningún otro espacio. Puntos que curiosamente se encuentran en nuestro entorno y son focos cotidianos de alegría y bienestar. Las puertas del colegio, la zona de llegadas del aeropuerto, los alrededores de la cuna de un recién nacido, … estos lares son para el espíritu algo así como butacas de terapia emocional, arrecifes de cariño, invernaderos de afecto. Son gasolineras de carga positiva. Farmacias dedicadas a sanar el alma...

El Principito.

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  Existen obras fundamentales que todo ser humano, a lo largo de su vida, debería leer aunque solo fuere una vez. Son textos que encierran tanto bien en su interior que cuando se han leído (leídos de verdad, no escuchando la tele y ojeando el whatsapp mientras leemos), puede ocurrir que nos convirtamos en mejores personas. Títulos como “Los Miserables” de Víctor Hugo, “Cien años de soledad” de García Márquez o “El diario de Ana frank” son indispensables. Y a su vez, otros como “Hamlet” de Shakespeare o “El Principito” de Antonie De Saint-Exupéry. Estos últimos requieren más reflexión, o lo que es lo mismo, de más tiempo y concentración para sacar todo el jugo que llevan dentro. Y como entiendo que muchos de nosotros no disponemos de ese tiempo, si me lo permiten, quisiera cocinarles un poco el cuento de “El Principito” para que lo puedan degustar saboreando toda la bondad que contiene entre sus páginas. La historia es muy sencilla: Un piloto, tiene una avería en su avión y se v...