Papá ¿cuál es el valor del dinero?
Estábamos
subiendo la calle para llegar a casa cuando, Eiden, mi hijo pequeño, sintió sed
y pidió que le compráramos agua en "La Alacena": la tiendecita de barrio que hay
junto a nuestro portal.
Mi mujer se
disponía a darle unas monedas y yo le pedí que no lo hiciera. Hablé con ella y
le dije que Eiden podía aguantar un poco hasta llegar a casa, que ya casi
habíamos llegado, que, si no, el niño nunca iba a aprender cuál es el valor del
dinero.
Decidimos
seguir y, cuando entrábamos al portal, Eiden me preguntó: Papá ¿cuál es el
valor del dinero?
Pues
verás -le dije
tratando de ganar un poco de tiempo para reflexionar-, cada persona puede
valorar el dinero de manera diferente dependiendo de su situación particular.
En nuestro caso, en el de una familia donde papá y mamá trabajamos por igual,
el valor del dinero es el valor del tiempo que nos ausentamos para poder
ganarlo.
¿Qué
precio le pondrías al tiempo que no estamos con vosotros porque estamos
trabajando? ¿Cuántas cosas podríamos hacer si estuviésemos esas horas juntos?
Pues ese es el valor del dinero. Así que hay que gastarlo en lo realmente necesario
porque, como ves, tiene un precio muy alto.
Cada vez se
hace más difícil luchar contra el “lo quiero, lo tengo” que marca la cultura
consumista actual. El valor de las cosas va estrechamente unido a la voluntad,
pues cuando no obtenemos algo en el momento, debemos trabajar con empeño y
perseverancia hasta conseguirlo, fortaleciendo así la fuerza de voluntad
necesaria para afrontar los retos de la vida, y aprendiendo a valorar las cosas,
no solo por el precio que marca el mercado, sino también por el esfuerzo
titánico que se empleó.
“Si no ayudamos a nuestros hijos a endurecer su voluntad, no aprenderán nunca el valor real que tienen las cosas”.
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