Hoy no lo vas a conseguir.

<<¡ Papá, no lo voy a conseguir nunca ! Se lamentaba mi pequeño Eiden lanzando la pelota, tratando de encestar sin apenas llegar al aro.>> Hoy no lo vas a conseguir pero mañana sí . Detrás de esta frase se esconde toda una filosofía de aprendizaje en el desarrollo intelectual del niño, que sembrará las bases de la iniciativa en el adulto que será. Además, si adoptamos esta manera de pensar, los beneficios serán mutuos. El problema reside en el reloj: todo se quiere para ya. La felicidad se asocia al éxito final y si existe la menor posibilidad de fracaso, desistimos del intento. Que hay que enseñar al niño a hacer la cama, “¡ pero si aún es muy pequeño, voy a perder media hora y no la va a conseguir hacer !” Que hay que enseñarlo a atarse los zapatos, “¡ pero si yo se los ato en dos segundos y cuando se lo intento explicar se enfada porque no lo consigue !” Que hay que enseñarle a montar en bicicleta sin los ruedines. “¡ Pero si no quiere, dice ...