Soy por ellos.

 


.- Os concedo tres deseos- dijo el genio flotando sobre su lámpara maravillosa.

.- ¡Que bien!- exclamó el hombre – porque hace mucho que tengo claro mis anhelos. El primero será para mi madre, el segundo para mis hijos y el tercero para mi esposa-.

.- Pero..., ¿no vais a pedir nada para vos?- preguntó confuso el genio.

.- Claro que si – respondió el hombre con actitud esclarecedora-. Con estos tres deseos cumplo un cuarto que es el mío: Mi felicidad incondicional: Yo soy por ellos-.


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Y es que soy más hijo, cuanto más necesito de mis padres. Cuanto más me escuchan, cuanto más me abren los ojos con opiniones contrarias a las mías. Cuando pudiendo hacer leña del árbol caído, callan.


Soy más padre, cuando mis hijos son más inocentes. Cuando tienen miedo. Cuando les puede la vergüenza. Cuando les invade la rabia y terminan llorando frustrados en un rincón del salón.


Soy más hombre cuando mi esposa es más mujer. Cuando se rompe. Cuando delira. Cuando agotada tras un día interminable se desploma vencida sobre el azul turquesa de los cojines del sofá.


Yo soy por quienes confían en mí, por los que con mi palabra basta, por aquellos cuyo dinero es mi dinero cuando mis monedas no alcanzan.


Yo soy por ellos, por todos aquellos para los que represento algo más que un simple holograma.


Y soy por mis hijos, por lo que significan en mi vida, por lo que necesitan y esperan de mí sin saberlo, por mi creencia fundamental de que he de entregarles despacio la sabiduría que le fui ganando a la vida. Soy por sus cientos de preguntas inimaginables, por sus miles de miradas para saber dónde estoy, por sus risas, por sus llantos, por cada una de las veces que me agarran de la mano. Soy por sus triunfos y soy por sus fracasos.


Y soy por ellos porque ser por mí hace ya mucho que no significa nada, porque lo único que da valor a mi vida es entregarla, sin esperar nada a cambio, a las personas que más quiero mientras camino de su lado.

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