Halloween, jugando a ser valientes.
La vida, en su día a día, es como un juego de valentía. Desde pequeños jugamos a desafiar nuestros miedos y quizá eso sea como un entrenamiento a lo que en el futuro vendrá, ya que hay que ser valiente para empezar una relación, casarse, tener hijos, afrontar problemas... De forma general, los miedos suelen aparecer en edades comprendidas entre los tres y los seis años, cuando nuestros hijos aún no entiende el mundo que les rodea y no son capaces de separar lo real de lo imaginario. Lo nuevo, lo grande, lo ruidoso o lo distinto puede dar miedo al principio. También las personas extrañas, la muerte o la oscuridad. Los niños suelen relacionar la oscuridad con la soledad y el desamparo. También, la poca visión de la noche, hace volar la imaginación y sospechar que la oscuridad esconde a personas desconocidas o monstruos debajo de la cama, dentro del armario o detrás de las cortinas de la habitación, y esto se debe, en gran parte, a la ausencia de otros estímulos externos que focal...