Encrucijada.

 


Ayer, a la salida del baloncesto, hablando mientras esperaba a los niños con José, el papá de Lucía y Davinia, la mamá de Pablo, sobre cómo los gobiernos nos mangonean tratándonos como tontos de manera insultante. Nos planteábamos la cuestión de que hoy por hoy, en la situación actual, la realidad es que el hipócrita, el mezquino, el que utiliza sus capacidades solo en beneficio propio, es el que llega más lejos porque escala a costa de los demás. Sin pudor, sin arrepentimiento, aplastando cabezas para llegar a lo más alto. Y es algo que se ha hecho tan común, tan cotidiano, que se ha normalizado, llegando a tal punto de aceptación que ya no nos escandaliza, ni nos lleva a montar escenas.

Ante este panorama, hablábamos, teniendo en cuenta que nuestra labor como padres es enseñar a nuestros hijos a que sean capaces, por si solos, de sobrevivir. La cuestión que surgía era: entonces ¿cómo debo educar a mis hijos, como lobos o como corderos? ¿concentro su educación en valores o en pura supervivencia?

 

Cada día son más las encrucijadas que se nos presentan donde hemos de elegir entre ser una persona honesta y con principios, o seguir a la multitud en su norma de egocentrismo. Son situaciones incómodas que conllevan una inevitable discordia donde, o bien actuamos como los demás y nos traicionamos a nosotros mismos, o dictaminamos a favor de nuestra conciencia, aunque al hacerlo dejemos a los demás, como se suele decir, “con el culo al aire”.

Lo cierto es que, lo hagamos como lo hagamos (no podemos desentendernos de la sociedad en la que vivimos, ni de nuestra conciencia, con la que vivimos), al final lo terminaremos pagando caro, pues si traicionas a las masas, te conviertes en un paria y no dejaran que avances poniéndote palos en las ruedas. Y si te traicionas a ti mismo, tu conciencia te flagelará hasta desangrarte.

 

¡Bonito panorama! ¿no?

 

Así que, a ver cómo le explico a mis hijos que, en esta vida, el ser mayor, en un 95% consiste básicamente en “cagarla”.

 

Un saludo a todos y que pasen unos días tranquilos de Semana Santa.

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