Lo que hoy te doy es un préstamo que ojalá me puedas devolver.
“Mamá y papá son los más
fuertes, los más inteligentes y durarán toda la vida.”
Esa es la impresión con la que
crecen nuestros hijos y, si no hacemos nada al respecto durante la parte que
nos toca, seguirán escalando en su vida solo pensando en ellos.
La crianza es un préstamo
que a veces nos olvidamos devolver,
por eso debe de ser clara en cuanto a cláusulas de contrato: hay que explicar a
nuestros hijos que no somos superhéroes de Marvel, que llegará el día en que
nos tengan que cuidar con su tiempo y sus recursos para no caer en la
encrucijada de las familias donde los abuelos entregaron todos sus bienes a sus
hijos (siempre necesitados), y ahora en el final de su vejez andan abandonados
por falta de medios y voluntad.
Lo primero es educar el
egocentrismo innato que traemos de fábrica al nacer. Hay que enseñar que en
casa, mamá y papá también respiran, comen, beben y se cansan. La comida que hay
sobre la mesa hay que repartirla entre todos por igual (papá y mamá también
existen, aunque a veces no se puedan sentar con vosotros a almorzar). Los
trabajos de casa no se hacen solos y, compartirlos, es la manera de ayudar a
rebajar el peso sobre los hombros de los padres (porque los padres también se
agotan). Y así, explicándoles las razones, entenderán que la familia es un
equipo donde hemos de cuidar los unos de los otros en proporción a nuestra
fuerza y capacidad.
Los padres hemos de enseñar a
devolver los préstamos con la misma bondad con la que los hicimos. Y no porque
lo diga Simba en El Rey León (el ciclo sin fin), sino porque la vida en el amor
no es más que cuidar del más débil cuando eres el más fuerte y eso solo se
enseña con el ejemplo (más que diciéndoselo a nuestros hijos es demostrándolo
con el trato que damos a sus abuelos).
Los padres que no saben
enseñarles a sus hijos que ellos también existen están destinados a pasar el
ocaso de sus vidas, en la mayoría de los casos, abandonados por falta de medios
y voluntad.
Te doy lo que tengo, pero
no lo gastes todo porque te voy a necesitar.
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