Noche mágica de reyes y mágica noche de niños.
Contemplarlos mientras duermen es mi calmante natural, mi más efectivo opiáceo, es como mirar las estrellas, como observar una aurora boreal, como el más dulce crepitar de hoguera, tan cercano, que puedo sentir el calorcito que emana de sus cuerpos y el airecito que les da la vida en su respiración.
Siento la suavidad de la piel sedosa, con esa
pelusilla rubia que son los vellos de los brazos, con esa transparencia rosada
de unas uñas delicadas como pétalos de flor. Puedo sentir la progresión de los
sueños en el movimiento de vuestros ojos tras los párpados cerrados y en la
electricidad de algún espasmo que a veces se os viene sin ser anunciado.
Os contemplo mientras dormís y
siento vuestra presencia acariciando mi mirada. Os respiro y os abrazo de lado
mientras os susurro muy despacio que sois únicos, buenos, importantes y
queridos. Que con paciencia y esfuerzo podéis conseguir cualquier cosa, y que
pase lo que pase, papá y mamá, de una manera u otra, siempre estaremos a
vuestro lado.
Y es entonces, cuando la
silenciosa penumbra de la alcoba me tiende la mano, cuando comprendo orgulloso
que la magia de la noche viene de vosotros, porque vosotros, sin saberlo, sois
la magia que da vida a cada noche que he pasado a vuestro lado.
Feliz noche mágica de reyes:
feliz noche mágica de niños.
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