Tercero de primaria. Ocho años.
Mi pequeño Eiden está en 3º. Desde principio de curso, voy revolviendo cajones, saqueando armarios e inspeccionando los rincones y recovecos de casa para hacerme con toda la paciencia, el ánimo y el tesón que pueda encontrar. Ya pasé por ahí con Dáriel, por lo que sé la importancia y la dificultad que plantea este curso en particular. Los ocho años son una edad de cambios muy importante. Es el punto de inflexión donde el “es que se me olvidó” sin consecuencias, del niño bebé, pasa al “es que se me olvidó” de, tendrás que afrontar los efectos secundarios de tus acciones, del niño a secas. Física y mentalmente también se suceden numerosos cambios: los niños se empiezan a fortalecer para empezar a entender la realidad fuera de la burbuja de casa. En el colegio se les empieza a tratar como alumnos, se les exige tomar decisiones que tendrán resultados, mejores o peores, pero que tendrán que afrontar por sí mismos. Y, con todo este caos interno de emociones aún por entender, ...
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