Cosas grandes y cosas pequeñas.

 


Me gustan las cosas grandes y las cosas pequeñas.

Cosas grandes como el “te quiero” susurrado en la cama, en el momento de apagar la luz, cuando cara a cara compartimos la misma almohada. (puedo pasar toda la noche deleitándome con el dulce sabor de esas últimas palabras que, de sus labios, salen dedicadas a papá).

 

Cosas pequeñas, como verlos crecer sin darme cuenta, en esa carrera de fondo que hacen sobre la cinta métrica que los mide.

 

Cosas grandes, como olerles el cabello o curarles la rodilla.

Cosas pequeñas, como hacerles su bizcocho preferido o contarles un cuento.

Grandes, grandes, como caminar en silencio de la mano.

Y luego muy pequeñas, como observarlos de lejos cuando no están a mi lado.

Me gustan las cosas grandes y las cosas pequeñas. Grandes como el sol con el que ilumináis mis días. Pequeñas como el polvo de estrellas con que ilumináis mis noches. Caminando descalzos sobre mis huellas grandes que cobijan y envuelven vuestros pies pequeños.

Y es que cada vez os hacéis más grandes y yo me vuelvo más pequeño, como todo lo grande que me gusta, como todo lo que me gusta pequeño.


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