Me mueve vuestro respirar.
Voy a construir, para surcar el cielo, una máquina con alas sobre un diente de León.
Que el viento decida mi rumbo, mi energía que proceda del sol.
Que el reloj caprichoso del tiempo no llegue a alcanzarme en mi nave de algodón.
Que el camino que lleva a tu aliento sea paz, sea canción.
Que los sueños volando despierto sean latidos de mi corazón.
Y si el viento remite y no avanzo.
Y si me quedo en el mismo lugar.
Será porque ya me olvidaste y dejaste de soplar.
Cristóbal Ramírez Solano
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