Humanizando la comida

Una de las cosas que nos enseñan los cuentos clásicos es a aceptar la realidad sin maquillaje emocional. En la vida se nace y en la vida se muere. Están los que dan la vida y están los que la quitan. El Lobo se comió a Caperucita y a la Abuelita, y al final se ahoga en el río. Hansel y Gretel fueron abandonados a su suerte en el bosque por sus padres. El Soldadito de Plomo muere abrasado en la hoguera. El Flautista de Hamelin se lleva a los hijos de los aldeanos y nunca más se vuelve a saber de ellos. Los Ogros comían niños, y los protagonistas, al final de los cuentos, eran felices y comían perdices. Sin embargo, en los cuentos de ahora, en los dibujos animados, en las películas Disney,... los peces ya no se pescan, sino que hablan, piensan y sienten como cualquier persona (" Bob Esponja ", " La Sirenita ", " Buscando a Nemo "). Las granjas ya no son criaderos de animales para proporcionarnos alimento (" La vaca Lola ", " el pollito Pío ...